Menorquinas: la historia del calzado del verano
Las menorquinas son denominadas también avarcas de Menorca. Un exitoso calzado plano con talón y dedos al descubierto que puede ser liso o estampado. Actualmente hay muchas variantes de este tipo de zapatos, pero todos mantienen su denominador común: la comodidad. Seguro que conocéis muy bien este calzado que no pasa desapercibido en verano. Pero… ¿sabéis su historia?
Comenzó a utilizarse un calzado similar a las menorquinas alrededor del año 200 a.C. por los honderos de las Islas Baleares que luchaban a las órdenes del general cartaginés Aníbal contra los romanos. Más tarde y debido a la gran resistencia y flexibilidad de las mismas, fue usada en el mundo rural por los campesinos de la Isla de Menorca. Para fabricarlas usaban pieles animales.
No obstante, a principios del siglo XX empezó a usarse el neumático de caucho sobrante de los automóviles para realizar sus suelas. La fabricación de las mismas era completamente artesanal, cosida a mano con una aguja de punzón.
En los años 60, su uso comenzó a extenderse entre los menorquines y también entre los miles de turistas que visitaban la isla en verano. Ya en los años 80 eran muchos los empresarios que rediseñaron las menorquinas y se dedicaron a su fabricación a nivel industrial.
Actualmente, las menorquinas se han convertido en un zapato tradicional de la isla que se usa en toda España y ya está cruzando fronteras. Su éxito se basa, sobre todo, en su comodidad, sencillez, versatilidad y lo práctico que es. Hoy en día es un calzado ideal para el verano que no puede faltar en tu armario durante las vacaciones.
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2 Comentarios
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Qué curiosa historia. Especialmente cómo un calzado destinado al mundo laboral más duro acaba transformado en un icono primero de status y más tarde de moda general. Un saludo.
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